Sandra en «Efeminista» (España)

Muchas letras de las canciones de hoy no van con los tiempos que corren

Sandra Mihanovich es todo un icono de la música en Argentina. Intérprete de rock, pop, baladas o jazz, acaba de visitar España para dar un concierto en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, donde un multitudinario público entregado, con muchos compatriotas en la platea, ha coreado temas como el “Soy lo que soy”, convertido en su país en un himno a favor de la inclusión.

Y es que esta cantante y actriz es un símbolo en la defensa de los derechos LGBTI+. Hija de la que fue una de las presentadoras más populares de la televisión en Argentina, Cahen D’Anvers, Sandra Mihanovich fue reconocida como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y nombrada Embajadora de la Paz por la Fundación 1000 Milenio.

Con casi 50 años en el mundo de la música, Mihanovich comenzó a cantar desde muy pequeñita. Y dice, en una entrevista con Efeminista, que se siente “muy agradecida a la vida y feliz” por haberse convertido en referente de la visibilidad LGTBI en su país. Su canción “Soy lo que soy”, que cumple 40 años en 2024, es hoy más pertinente que nunca en Argentina, asegura.

“Con esta circunstancia es como si tuviéramos que estar repitiendo constantemente premisas y cosas que suponíamos que ya estaban entendidas, que ya las sabíamos, pero parece que el hombre tropieza con la misma piedra varias veces y sigue haciendo la guerra; el hombre sigue equivocándose, no aprende, no hay forma. El hombre como ser humano me refiero, no el varón, el ser humano parece que no tiene manera de aprender, es una cosa de locos”, sostiene.

Sandra Mihanovich en España

P.-  Cuéntenos su experiencia, ¿cómo ha vivido este exitoso concierto que acaba de dar en Madrid, en el Teatro de la Zarzuela?

R.- Es un lugar entrañable al menos para nosotros, los argentinos. Es un sitio que es la ‘madre patria’… todo lo que quieras, pero hay tanta afinidad, tantos sentimientos en común que es bellísimo regresar a Madrid. Ha sido una oportunidad maravillosa que me ha dado Daniel Blanco. Lo he disfrutado muchísimo. He sentido que en este teatro lleno de argentinos, con alguno que otro español arrastrado por sus amigos argentinos, hubo mucha emoción.

Creo que esa emoción tiene que ver fundamentalmente con la música. La música es el camino ideal para encontrarse, para transitar la vida y recorrerla de atrás para adelante, de adelante para atrás, entonces a muchos argentinos, que sin duda hace muchísimos años que están aquí, esta conexión con las canciones les ha permitido emocionarse mucho. Entonces hemos cantado, lo hemos disfrutado. Yo soy una persona bastante relajada y comparto lo que me está sucediendo no soy el tipo de show muy prolijo, muy perfecto, muy pintado. Entonces creo que eso genera una calidez linda y creo que lo pasamos realmente muy bien es algo muy humano.

P.- Usted es todo un referente en Argentina. Lleva muchos años en el mundo de la música ¿cómo ha cambiado desde que empezó hasta hoy?  

R.- Bueno, yo comencé hace 47 años atrás. Soy fundamentalmente intérprete, cantante y he incursionado un poquito como actriz, porque un gran director argentino, Alejandro Doria, me llevó a trabajar como actriz, pero siempre desde la música, la música es el lugar central y cuando yo comencé el primer productor dijo a mi representante: ‘Ah, bueno, Ricardo, si vos lo querés grabar a la chica, grabarla, pero las mujeres no venden, o sea, olvidate’. Además era una época en la que para poder tener música que sonara en una radio tenías que tener una discográfica y una grabación profesional.

Lo que hoy ha cambiado es la tecnología, las redes sociales, la comunicación. Hoy en día, cualquiera puede mostrar lo que hace: bueno, malo o regular. Lo puede ver mucha gente o lo puede ver poca; pero, en definitiva, el acceso se abrió completamente para todos. Esto hace más difícil distinguir una cosa de otra, y se producen fenómenos masivos que uno no sabe muy bien a qué responden.

P.- ¿Se sigue enamorando de las letras?

 R.– Sí, claro, claro. Yo tengo una admiración profunda por los autores, porque he compuesto algunas canciones que me gustan, pero siempre he sentido que una canción es un tesoro, una cosa invaluable y que, además, es una obra de arte muy difícil de lograr, aunque sea una cuestión muy popular.

Lo fantástico de la música en mi caso ha sido que encontré las canciones para decir lo que quería decir, para expresar lo que sentía, para comunicarme y compartir. He estado todos estos años cantando, lo sigo haciendo hasta el día de hoy. Tengo 22 discos grabados y lo sigo disfrutando como el primer día.

“Soy lo que soy”, himno inclusivo por excelencia

P.- Algunas de sus canciones han hecho visibles muchísimas causas y son himnos en sus conciertos, como es el caso de “Soy lo que soy”.

R.- Sin duda la música nos abre puertas y nos habilita para un montón de cosas, por eso digo que encontré las canciones y ‘Soy lo que soy’ es una canción originalmente escrita en inglés de una comedia musical, de ‘La jaula de las locas’ que Gloria Gaynor, en los años 80, convirtió en una canción disco. Yo la escuché por primera vez en Río de Janeiro en una discoteca gay con una drag queen haciendo la mímica y me dije: quiero cantar esa canción, por el amor de Dios, pero la quiero cantar en mi idioma, así es que se tradujo la canción en la Argentina y se convirtió en un gran himno. La grabé en el 84, o sea, que el año que viene cumple 40 años.

Además, en Argentina, el 10 de diciembre del 83 había asumido Raúl Alfonsín y recuperábamos la democracia. Era el clima de ‘Soy lo que soy’. Era un clima de ‘no me jodan más’, ‘no me molesten más’, ‘no me digan lo que tengo que hacer’, ‘lo que tengo que decir’, ‘lo que tengo que leer’, ‘lo que tengo que pensar’…. Cuadró en un momento coyuntural muy puntual y con los años se convirtió en un himno inclusivo por excelencia, porque nadie está excluido.

P.-  Es una letra que hoy volvería a ser muy pertinente, ¿no?

R.- Sí, sí, claro, con esta circunstancia es como si tuviéramos que estar repitiendo constantemente premisas y cosas que suponíamos que ya estaban entendidas, que ya las sabíamos, pero el hombre tropieza con la misma piedra varias veces y sigue haciendo la guerra; el hombre sigue equivocándose, no aprende no hay forma. El hombre, como ser humano me refiero, no el varón, el ser humano parece que no tiene manera de aprender, es una cosa de locos.

Estamos en un desquicio de mundo, con unas guerras absurdas y bueno, justo ahora, en nuestro país que tenemos elecciones (el domingo 22 se celebran elecciones presidenciales en Argentina) tenemos candidatos que hablan de quitar derechos, pero, además, lo dicen sin problema.

Hay un candidato que parece que le diera tirria hablar de los derechos, como que el derecho genera gastos o algo así.

Y como uno de nuestros grandes males en la Argentina es nuestra economía, porque no tenemos problemas de derechos, tenemos problemas de economía, entonces él cree que si quita derechos mejorará la economía. Me parece absurdo, ridículo, horroroso, poco inteligente.

La cantante y actriz argentina Sandra Mihanovich durante una entrevista con Efeminista. EFE/Laura de Grado

P.-  En una entrevista dijo que no había otra que ser feminista.

R.- Yo crecí en una familia en la que mi madre era una periodista muy famosa de la Argentina, muy importante a lo largo de 40 años en la televisión. Era un referente que viajó por todo el mundo, que hizo muchos trabajos muy importantes. En fin, que crecí en una casa con una madre empoderada donde nunca sentí que algo iba a ser diferente o distinto o difícil por ser mujer, hasta que, bueno, empecé a hacer camino y un poquito me fui dando cuenta de que no era fácil y ni que todo el mundo tenía mi caso.

Cuando viajé un poco por Latinoamérica, me fui encontrando con los machismos latinoamericanos, que son fuertes, pueblos machistas fuertes, y muchas veces también con mujeres muy machistas, por eso siento que es algo que tenemos que ir de a poco. Se ha recorrido un largo camino, pero hay que mantenerse en este lugar sin hacer exabruptos. Hay gente que está colocada en una cosa muy radical muy exagerada, que tal vez sea necesaria también, porque para que la cosa cambie y el péndulo se quede en el medio tiene que ir para un lado y para el otro, ¿no?

Cuando empezaron las marchas de ‘Ni una menos’ en la Argentina fuimos todas, mi madre, mi mujer, la hija de mi mujer, que es mi ahijada. Mi cuñada… todas íbamos juntas y de todas las generaciones.

Hay mucha cabeza para cambiar, mucho por limpiar

P.- Desde esta llamada cuarta ola del feminismo, el ‘Ni una menos’ o el #SeAcabó tras el beso no consentido a la jugadora Jenni Hermoso, todo ha cambiado. ¿Hay un punto de inflexión?

R.- Sí, con el tema este de ese hombre (Luis Rubiales) que por favor… Yo vine siguiendo mucho el mundial de futbol y me parece que está muy bien que se haya puesto tan de manifiesto un acoso semejante, porque hasta que uno no lo señala, lo subraya y lo pone con un marcador, no les cae la ficha de lo que significa, les parece una tontería como si no pasara nada.

Hay mucha cabeza para cambiar, mucho para limpiar en todo lo que se piensa y se dice y lo más difícil son estas cosas aprendidas, estas cosas que se dan por sentadas y que parece que no tienen importancia, pero la tienen. No digo que me alegro que haya sucedido, pero de alguna manera es bueno que haya sucedido en un lugar tan visible, donde nadie puede mirar para el costado, donde diga lo que diga este señor están los ojos del mundo puestos, ahí no se puede ocultar.

P.- ¿Qué piensa de las nuevas letras, del rap o trap, algunas tan machistas?

R.- He escuchado cosas que me han llamado la atención, letras que les parecen maravillosas, como: ‘yo te dije que vinieras, pero vos no querías entonces te empujé y te caíste y no me importó y no sé cuánto..’ ¿Pero cómo a las chicas jovencitas de hoy les gusta esto? Me pregunto y permiten que eso sea una cosa maravillosa, en realidad no lo entiendo.

Es que es algo que no coincide con los tiempos que corren y con las cosas que suceden, a lo mejor de todas maneras siempre hay un camino de aprendizaje y supongo que lo tenemos que hacer todos.

Las jovencitas también tienen un camino de aprendizaje hasta que se den cuenta que tal vez esa letra de esa canción no era tan bonita como parecía, no era tan graciosa ni tan simpática.

P.- ¿Cómo lleva ser un icono del mundo LGTBI en su país?

R.- Es muy lindo. Recibo mucho cariño,  mucho amor, abrazos inmensos y emocionados mensajes de todos, de toda clase, y la verdad es que es muy bonito, muy lindo sentir que algo que yo no hice para los demás, que lo hice desde mi necesidad y desde mi búsqueda, sirviera para que otros y que se abran puertas y ventanas y generen espacios propios, me parece absolutamente milagroso, entrañable.

Cada mañana, desde la pandemia, me despierto y doy las gracias porque siento que he tenido tantas oportunidades en la vida para todas las cosas que me ha tocado vivir que me despierto cada mañana pensando eso: Gracias y eso necesitaba escribirlo en mi cuerpo, porque no me alcanzaba solo con decirlo (Mihanovich lleva tatuado en su antebrazo derecho la palabra GRACIAS).

Una vez de pensar en lo que nos falta, nos damos cuenta de lo que tenemos y decimos gracias y eso nos cambia toda la ecuación. Entonces uno hace cosas sin esperar nada a cambio Es maravilloso. Es es realmente mágico.  Hay una cuestión energética que tiene que ver con el gracias, que creo que es muy bueno.

Somos todos iguales y todos distintos

P.- Usted es una persona inclusiva y canta a la inclusividad, ¿qué opina de alguna parte del feminismo que no acepta a las personas trans en el movimiento? 

R.- Estamos todos mezcladitos y mezcladitas o mezcladites, eso no me gusta. Tengo un problema con el idioma inclusivo con la ‘e’, pero es una cuestión auditiva, no sé, como que me suena todavía mal. No me parece mal como propuesta, porque soy totalmente inclusiva.

Yo participé en un teleteatro en Argentina que se llamaba “100 días para enamorarse” y una de las chicas, una de las protagonistas jovencita, era una niña que le parecía que era niño, que era un varón que había nacido con cuerpo de mujer, pero que se sentía varón; entonces mi personaje era la profesora que iba al aula, a la escuela a dar una clase sobre lo que es ser cis y todo eso, y aprendí un montón, porque yo no sabía cómo eran. Cuando era adolescente nunca pensé que me iba a poder agarrar de la mano a otra chica por la calle y mucho menos que me iba a casar y mira ahora.

Entonces si de repente alguien que nace varón se siente chica, pues quién es uno para decir que no o que sí o ponerlo en un costado o en el otro costado. Bueno, todos somos seres humanos y gracias a Dios somos todos iguales y todos distintos, igual es porque tenemos dos brazos dos piernas, etcétera, o sea, arrancamos desde un mismo lugar, pero por favor.

P.- Cuéntenos sus proyectos

R.- Bueno, este año se cumplieron 40 años de ‘Hagamos el amor’, un disco importante también en mi historia. Supongo que el año que viene festejaremos los 40 años de ‘Soy lo que soy‘, se vienen muchos 40 años y sigo cantando en mi país y en Latinoamérica tengo muchísimas ganas de grabar un disco, bueno un álbum, que se dice ahora, de canciones latinoamericanas, boleros latinoamericanos y por ahí convocar a distintos cantantes, varones y mujeres a compartir hacer unos dúos. Y, claro, otro proyecto es venir más a menudo a Madrid.

Carmen Sigüenza | Madrid – 19 octubre, 2023

Agencia EFE (España) – Octubre 2023

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